A principios de este mes de febrero, el diario The Japan Times sorprendía con la noticia que el gobierno de Kishida lanzaría una visa de nómada digital en marzo de 2024. Esta visa permitiría a trabajadores remotos permanecer en el país hasta seis meses: los ciudadanos de 49 países con entrada sin visa y acuerdos de doble imposición serán elegibles para la visa de nómada digital de Japón y los solicitantes podrían traer a su cónyuge e hijos con ellos a Japón.
Para ser elegible para la visa de nómada digital de Japón se deberán cumplir una serie de requisitos como tener el pasaporte válido, trabajar de forma remota, ganar al menos 10 millones de yenes (unos 62.000 euros o unos 68.000 dólares) y tener cobertura de seguro de salud internacional durante su estancia en Japón. A pesar de estos requisitos, los nómadas digitales no se considerarán residentes en Japón, no serán elegibles para solicitar un certificado de residencia o alquilar alojamientos a largo plazo, según avanza este medio japonés en lengua inglesa y cuando el periodo de seis meses acabe, los nómadas deberán salir del país -al menos durante seis meses- para volver a aplicar a este género de visado y si posibilidad de renovación.
De momento, a pesar de la inminencia de la puesta en marcha de este género de visados, no está claro cómo funcionará el proceso de solicitud ni cuánto costará. Aunque Japón es el último país de Asia en implementar un programa de nómada digital, casi 50 países actualmente ofrecen programas para que los trabajadores remotos vivan en el extranjero durante períodos prolongados, incluyendo Italia, Croacia y Portugal.
La iniciativa del gobierno japonés, como acostumbra a pasar en casos como éste en un país en el que se supone que la tecnología y la innovación tendría que ir acompasada con las administraciones públicas, llega tarde y mal. Corea del Sur, por ejemplo, permite la estancia hasta dos años y Taiwan permite tres y con la posibilidad que éstos puedan aplicar a la residencia permanente pasados los tres años. En Japón, invitan a los nómadas a marcharse; una diferencia abismal y muy poco “business friendly”.
Pero más allá de este detalle, que dice mucho de la apertura mental de las autoridades japonesa, lo cierto es que -sin saber los detalles de los ciudadanos de qué países podrían aplicar a este tipo de visado- podríamos decir que éste tipo de visado es tan útil como una ventanilla en una bicicleta: cualquier ciudadano de estos países que no necesitan visado (europeos, norteamericanos, mexicanos, etc.) ya pueden estar hasta seis meses al año en Japón sin necesidad de éste y sin ningún tipo de exigencia administrativa.
Algunos de nuestros clientes (europeos, norteamericanos, mexicanos, etc.) que compraron una propiedad o una casa en Japón pasan entre tres y seis meses en el país, en sus propias casas, trabajan online desde éstas, y disfrutan de una vida agradable en sus respectivos lugares. Y cuando no residen, algunos alquilan sus residencias por meses, períodos cortos o por días para sacar un rendimiento económico y pagar las facturas que de ello derivan, sin ser necesario ningún tipo de permiso ni requerimiento.
Algunos nómadas digitales ya han respondido a estos legisladores “inteligentes” del gobierno japonés: gracias por nada. Una respuesta justa a algo que parece una tomadura de pelo.