El país del Sol Naciente es un lugar increíblemente moderno en muchos ámbitos pero una de las cosas que más sorprenden a los turistas y visitantes es lo poco que se usa la tarjeta de crédito y las complicaciones que hay para sacar dinero con una tarjeta extranjera
Las cuestiones económicas tienen una vital importancia en nuestro día a día habitual y sin duda devienen esenciales cuando se está en el extranjero. Japón es un país muy avanzado tecnológicamente pero en lo que respecta al sistema bancario y a los hábitos de los ciudadanos continúa siendo un país muy tradicional. A día de hoy, el método de pago en efectivo continua siendo el preferido para los japoneses, a pesar de que desde que se supo que Tokio organizaría unos Juegos Olímpicos se tomaron medidas para facilitar el pago con tarjetas.
El problema con las tarjetas de España y la inmensa mayoría de países iberoamericanos es que, cuando se usan en Japón, existen comisiones por el cambio de moneda -y no acostumbran a ser bajas. Por regla general, tanto en pequeños comercios y tiendas de barrio como en pequeñas ciudades y zonas rurales es muy difícil que permitan el pago con tarjeta. Y aunque ahora cada vez más lugares permiten el pago con el dinero de plástico, es mejor siempre ir con efectivo a todas partes por si acaso.
A pesar que los japoneses son reacios a usar tarjetas, hay una notable excepción: las tarjetas de transporte -conocidas como tarjetas IC, Suica, Pasmo y un infinidad de versiones regionales. La existencia de este tipo de tarjetas, que también son tarjetas monedero y permiten pagos en muchas tiendas, ha hecho que no haya tanta necesidad de tarjetas de débito o crédito. Es una forma muy cómoda y conveniente de pagar no sólo el transporte público sino también pagar por un refresco, una comida o incluso productos de todo tipo.
Pero para cargar de dinero este tipo de tarjetas no se puede hacer mediante una tarjeta de débito o de crédito -y mucho menos extranjera- sino que se debe hacer con dinero en metálico. Y para los extranjeros, sacar dinero en efectivo en Japón no es evidente: la mayoría de cajeros automáticos de bancos japoneses sólo aceptan tarjetas japonesas. La mayoría de bancos extranjeros en Japón tienen cajeros automáticos (ATM) que normalmente aceptan las tarjetas de débito y crédito extranjeras, aunque éstos están sólo en Tokio y, menos, en grandes ciudades.
La solución más viable si se requiere sacar dinero de un cajero automático es la que proporciona el banco postal del servicio de correos, con decenas de miles de cajeros automáticos a lo largo y ancho del país dentro de las oficinas de correos. Hay que tener en cuenta que las oficinas de correos y su zona de cajeros automáticos tienen horario y suelen cerrar sobre las 16:00 o 17:00 horas, aunque en las grandes ciudades hay algunas oficinas con cajeros abiertos 24 horas.
También las tiendas de conveniencia -las famosas combini- como pueden ser 7-Eleven, Lawson y otras acostumbran a aceptar tarjetas de débito y crédito extranjeras y disponen de un menú en inglés y otras lenguas. Hay dos características de éstos cajeros automáticos que los hacen especialmente prácticos: la primera es que no están situados solamente dentro de las tiendas, sino que podemos encontrar estos cajeros en estaciones de tren, centros comerciales y en decenas de sitios diferentes. En segundo lugar es que, a diferencia de los del banco postal, una gran parte de éstos son accesibles las 24 horas del día.
Por otro lado, si disponemos de nuestra moneda y queremos cambiarla en yenes, los mejores sitios donde cambiar son los aeropuertos del país. Estas oficinas de cambio están situadas tanto en la zona interior de las terminales donde se recogen las maletas, como en las exteriores donde es accesible a todo el mundo. Si ya nos encontramos en Tokio, uno de los lugares más recomendados por aquellas personas que hacen cambio de moneda es la casa de cambios Ninja Money Exchange, en Shinjuku.
Finalmente, es importante recordar que es recomendable llevar siempre dinero en efectivo ya que no todos los negocios aceptan las tarjetas extranjeras, especialmente fuera de las grandes ciudades.