Una destacada particularidad de Japón es su capacidad para proporcionar a sus habitantes espacios de residencia de manera gratuita, un fenómeno que posiblemente no tiene paralelo en ningún otro rincón del mundo
En el contexto de envejecimiento demográfico en Japón, ha surgido una tendencia en la que la mayoría de la población opta por mudarse a grandes ciudades y en viviendas más nuevas y compactas. Como consecuencia directa de esta dinámica, las viviendas tradicionales han quedado desatendidas y, debido a la ausencia de potenciales compradores, ciertas localidades se han convertido en pueblos fantasmas. Estas residencias abandonadas se localizan en áreas rurales de Japón, algunas en un estado de conservación precario, lo que implica que aquellos que estén dispuestos a habitarlas deben hacer frente a tareas de restauración.
La preferencia de la mayoría de los jóvenes japoneses por eludir las amplias casas rurales antiguas de su país ha generado un claro rechazo hacia la idea de optar por una akiya. Esta coyuntura ha impulsado al gobierno a asumir un rol protagonista en la promoción de estas residencias, con el propósito de finalmente lograr que sean habitadas. A través del Programa del Banco Akiya, se ha buscado revertir el declive poblacional en las zonas rurales con estas viviendas, ofreciéndolas a precios sumamente reducidos para estimular posibles compradores. Sin embargo, esta estrategia no ha funcionado como se esperaba, lo que ha dejado a estas localidades al borde mismo de la extinción.
Uno de los principales problemas por los que poca gente opta por los incentivos del Banco Akiya es que en las ciudades deshabitadas no existe ningún tipo de fuente de empleo, por lo que quienes llegaran a vivir ahí tendrían que trasladarse a zonas muy alejadas de su hogar para tener ingresos económicos. Sin embargo, es destacable que este dilema aún no ha sido abordado dentro del marco de incentivos orientados a revitalizar estas viviendas abandonadas y repoblar las localidades en cuestión. Tal vez, el éxito del programa resida en la explotación del potencial inherente a estas circunstancias o en tratar de ofrecerlas a un potencial cliente que las quiera como segunda residencia.
Actualmente, no todas las casas de este tipo se encuentran en localidades enteramente abandonadas: cada vez más se dan casos de akiyas en zonas urbanas de Japón, aunque la mayoría están en pueblos y zonas periféricas del país. Como dato curioso, el Ministerio del Interior señaló que en 2013 existían al menos 8 millones de akiyas en Japón, es decir, alrededor del 13 % del total del parque de viviendas que posee el país y las previsiones son que podría aumentar hasta el 30% para el 2030, una cifra alarmante que explica la desesperación del gobierno nipón en ese sentido.
Estrictos requisitos para acceder a una akiya
Aunque se promociona mucho el obtener una akiya gratis, lo cierto es que hay que leer las letras pequeñas de la oferta, ya que además de tener que repararla y restaurarla, también pueden existir gastos administrativos o impuestos que haya que cancelar con la adquisición. No todo es tan sencillo como parece: a cualquiera que le ofrezcan una vivienda gratis podría parecerle que no es una mala idea aceptarla. Para poder acceder al programa oficial impulsado desde el gobierno japonés se deben seguir una serie de estrictos requisitos que se deben cumplir:
En primer lugar, los miembros de la familia que ocuparán la casa no deben superar los 43 años de edad. Este requisito se fundamenta en que la mayoría de estas viviendas se encuentran en su estado actual debido al fallecimiento de sus propietarios o al abandono para irse a una residencia de ancianos. Adicionalmente, se exige que los estudiantes en la familia sean mayores de 18 años y que su compromiso con la akiya sea a tiempo completo, prohibiendo la posibilidad de utilizarla como una residencia de temporada. La meta es fomentar la creación de comunidades sólidas en estas áreas.
Es importante destacar que la disponibilidad de una akiya no discrimina entre ciudadanos japoneses y extranjeros. Sin embargo, en el caso de los inmigrantes, se requiere que posean una visa de residente permanente, lo cual no es sencillo en Japón. Además, deben ser trabajadores calificados que hayan ingresado al país con una oferta laboral y que hayan residido en Japón durante al menos un año.
Otro requisito fundamental para los solicitantes extranjeros es obtener un Certificado de Elegibilidad (COE). Este documento certifica que cuentan con los recursos necesarios para mantenerse a sí mismos, ya sea a través de su empleo o por ser cónyuges o padres de residentes japoneses.
Así pues, no es evidente poder llegar a acceder a todos los requisitos que exige el programa oficial pero existen centenares de miles de akiyas y de casas en subasta que no requieren ningún requisito especial. Desde Tu Casa en Japón ayudamos a nuestros clientes a encontrar su vivienda más acorde con sus deseos y necesidades sin ningún tipo de exigencia legal.